miércoles, 25 de febrero de 2009

Caigo y no voy a ningún lado



Simulo una mueca de sonrisa en mi cara y trato de engañar a todos de que ya estoy menos peor, un reflejo de mi realidad. A algunos les supe mentir de que a mi cabeza la tranquilidad la apoderó pero aún siento el zumbido, la distorsión que aturde, me paraliza y no me deja reaccionar, el ruido que no logro callar. La realidad llega cruel y fría, entonces caigo, nuevamente, en la maldita certeza de que estoy muriendo en tu historia, en tus sueños y en tu razón al recordarte y entender que los recuerdos no besan, los recuerdos no abrasan, los recuerdos no acarician, los recuerdos no miran. Tus recuerdos. Recuerdo que esos recuerdos no los volveré a vivir más y se vuelven a agrietar los muros de mi mente hasta derribarse y vuelvo a volver y mis preguntas que se habían ido regresan…Me sumerjo en el gran mar de las dudas, por él comienzo a navegar y empiezo a descender hasta hacer fondo, naufragar. Muchas son las palabras que me hacían llegar. Aquellos que me quieren bien, aquellos que no imaginé, aquellos que siempre están, aquellos que desde lugares impensados me demostraron cariño y no lo esperaba. Sin embargo esas tantas palabras que algunas vez pude haber dicho no me sirven todavía, esas palabras se me hacen sordas, les explico mi realidad, logran entender, hablan, tratan de darme fuerzas pero no logro del suelo levantarme, no me quieren ver ahí ni así, sé entender que esas palabras por ahora son sólo palabras y no tienen un significado ni valor para mí, para mi dolor. A las personas dueñas de esas palabras les supe agradecer tratando así de escapar de esta realidad y creer estar mejor. Iluso de así pensar llegar a resultar. Luego me dicen que soy bueno, que no merecía sufrir un segundo más, pero tampoco sirve. Quiero decir tantas cosas y no me sale nada. Me aturde el silencio, supongo que nadie me comprende. Me hace mal ver que amigos no están bien porque así no lo estoy. Y quiero que todos ellos sepan que alguna vez volveré. Todo pasa por el tiempo, pero ese tiempo primero tiene que transcurrir. La herida que tengo, si bien está abierta, curará y seré yo otra vez, espero el mismo que fui…

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