miércoles, 25 de junio de 2008

Planificando la entrevista

El colorado que se retire porque es mufa (?)


La consigna ya estaba dada. Entrevista a un viajero. Al instante vino a mi cabeza la imagen de la señora que trabaja conmigo. A principio de año, me había contado su placentero viaje a Cuba. Me quedó registrado dicho testimonio por la fascinación con la cual me lo había narrado. Decidí elegirla a ella como mi viajera, conociendo los riesgos que corría ya que el motivo principal de su travesía cubana fue sólo el placer.
Luego de la entrevista pude notar cual era la historia, el hecho a contar: un país completamente distinto al que tenía pensado encontrarse. La idea fue que tomara el aspecto de un documental, una investigación mostrando contrastes que si no tuviésemos la posibilidad de viajar nunca nos enteraríamos. Todo preparado, la idea ya formada en la cabeza, sólo faltaba confirmarla el miércoles con mis compañeros y la profesora:
- “Está buena la idea, pero ¿no te parece que sería mejor si buscaras más testimonios?” dijo la profesora
A una semana de entregar el piloto, podría decir que no tenia nada. Sólo una entrevista que si no estaba acompañada por otras, no era útil. Volviendo a mi casa, le pregunté resignado a mi madre si de casualidad conocía alguien que hubiese viajado a Cuba, esperando la negativa dijo:
- “¿Cómo que no? Tu tía, Nicolás, tu tía se fue hace unos años a un congreso. Ah y también el doctor que nos hace las recetas se fue a operar la rodilla allá”.
De repente, lo oscuro que se había vuelto todo, tomaba color nuevamente. Mi tía, prima de mi madre, vive en Córdoba por lo que debería hacer la entrevista por teléfono y bastante específica. El doctor, quien vive a 4 cuadras de mi casa, es un señor mayor. Se me hizo muy complicada la desgravación ya que no comprendía sus palabras. Ya con tres entrevistas hechas, ideas preparadas con anterioridad, decidí no cambiar la composición que ya tenía pensada. Así, sería un texto de investigación que compare los tópicos a los que no tenemos acceso, más que por medio de personas que hayan viajado a la isla.
Antes de comenzar, debía conocer en profundidad la información que nos brinda la prensa acerca de este país socialista. Esa era la clave, comparar lo que nos cuentan los medios con lo que vieron nuestros viajeros. Medicina, educación, seguridad, igualdad. Recaí sobre esos puntos al hacer las entrevistas, ya que eran los más mencionados. La estructura sería comenzar con un leve contexto histórico, posteriormente presentar a los viajeros para luego retomar nuevamente y desarrollar con mayor exactitud la historia cubana. Cuando el lector ya esté introducido en el tema y familiarizado con los viajeros, describir los elementos característicos en donde se notan las diferencias de información, ese choque de realidades. El primer objetivo que me planteé fue que, al ser un trabajo de investigación, la objetividad debería ser lo que apremiara en el texto, transcribiría lo que los viajeros me dijeran sin ningún tipo de apreciación propia. Sin embargo haría de narrador omnipresente ya que conocía todos los detalles y me incluía como destinatario del informe.
La escritura llegaba a su fin con una nueva aclaración sobre la objetividad: “El objetivo del mismo, es acercarnos lo más posible a una definición, basándonos en la experiencia de nuestros viajeros. Detallar los aspectos positivos como a su vez los negativos, intentando mantener la objetividad muchas veces perdida. El tema “Cuba” es un asunto largo y tendido que no se puede resumir en un simple informe ya que seguramente nos quedaría material sin abordar. Acercarse a las fuentes mismas nos puede abrir un poco el panorama para así, poder comparar con la información que nos brindan día a día sobre esta cuestión y lograr cierto consenso del mismo. Quedará en la conciencia del lector sacar sus propias conclusiones…”. Me resulta buena idea que a un trabajo de investigación se le deje la puerta abierta al lector para que reflexione y talvez más adelante sea él quien busque por su propia cuenta algo de información.