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Alguna vez supo ser goleador, pichón de crack, candidato a mejor del año. Alegraba a la tribuna con sus toques cortos y espontáneos. Pero el tiempo pasa y cocodrilo que duerme, es cartera. Acostumbrado a jugar contra la raya, desbordaba responsabilidades, le tiraba bicicletas a la suerte. No tardaría en llegar esa maldita lesión, esa herida tan superficial como profunda. Recuperación tardía, otros progresaban, aprendían a darle de cabeza y él encerrado es su cuarto oscuro. Ya el tiro libre no pasaba la barrera…
Penal fuerte al medio y abajo, sólo para asegurar y por miedo a errar. No otra vez. Hay que reinsertarse de alguna manera. Tranquilo, al trote, con el balón atado al pie. Basta de pases. Jugar en equipo a veces es la solución, encontrar ese equipo es el inconveniente...
Penal fuerte al medio y abajo, sólo para asegurar y por miedo a errar. No otra vez. Hay que reinsertarse de alguna manera. Tranquilo, al trote, con el balón atado al pie. Basta de pases. Jugar en equipo a veces es la solución, encontrar ese equipo es el inconveniente...
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