jueves, 10 de septiembre de 2009

No robarás...


La costumbre del hombre de apropiarse lo ajeno es visto y considerado como un delito. Lo mío es mío y lo tuyo es tuyo debe ser. Personas que viven en sociedad y se sienten parte de tal, rara vez cometen este ilícito. Sin embargo, mirando hacia los costados, se puede notar el grado de insensible posesión de algunos. Peor aún si dejamos de hablar de bienes materiales y cruzamos la frontera hacia la persona. ¿Qué hacés? ¿Dónde vas? El panóptico de carne y hueso. Control que no sentíamos desde los orígenes de la vida en esa bolsa cerrada sin oxígeno.
La inspección se puede volver boomerang, teoría que no siempre es tenida en cuenta. La soga supuestamente es firme pero si uno tira, todos sabemos como puede terminar. Siempre habrá excusas explicativas sobre afecto o hechos pasados (pisados). Las excusas, con su complejo de inferioridad, nunca le podrán ganar la carrera a la razón. Y la razón es sólo una, no hay excusa que valga.
Si hubiese sabido que esto era así, no hubiera salido a jugar. Por favor… Es un afano, suspéndanlo…

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